Dado que nadie conoce el verdadero origen del Tarot de Marsella, nadie puede situarlo en el tiempo y en el espacio. De hecho, poco importa a quien se le atribuye, lo esencial es que toda huella del creador fue voluntariamente borrada, a fin de que cada uno pueda, al memorizar los arcanos, descubrir en ellos, su propia personalidad.
El cerebro colectivo que creó el Tarot es tan grande que un simple cerebro humano habría necesitado de años para alcanzar la altura de este espíritu.
¿Para qué sirve?

Arte sagrado dentro de una estructura simbólica, el Tarot de Marsella nos propone la adivinación pero también la introspección y la compresión de nuestra realidad interior y exterior. Es, entonces, un excelente instrumento para elaborar respuestas frente a los desconocidos a los cuales estamos enfrentados cotidianamente: el futuro y el significado de nuestra vida. El permite a cada uno, abrirse a una nueva dimensión, una clarividencia y de integrar cada situación de vida para mejor devenir y para recorrer mejor el camino que lleva al conocimiento.
Escrito por: Claude Bouvier.
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